lunes, 3 de agosto de 2015

Cuidado Sincretismo no es Ecumenismo


Suelen confundirse estos dos términos. El ecumenismo es la búsqueda de las grandes religiones y de las iglesias del diálogo interreligioso y de la oración común por fines humanitarios como la paz y los derechos humanos, pero respetando las diferencias y a propia identidad. En palabras del Dali Lama: "Una flor es algo bello y un ramo es almo más bello aún". El sincretismo en cambio, intentando hacer una religión "universal", termina generando una nueva, producto de las mezclas que a su antojo deciden los fundadores o "chamanes" o gurúes de la nueva ensalada religiosa.
SINCRETISMO:
La palabra sincretismo es de origen griego y etimológicamente significa “alianza a la manera de los cretenses.” Sincretismo religioso es una tendencia que intenta reunir en una sola doctrina, diversas corrientes de pensamiento, de prácticas y de tradiciones religiosas
Leonardo Boff habló de distintos tipos de sincretismo:
1. Sincretismo como refundición:
Se da cuando una religión se abre a diferentes expresiones y manifestaciones religiosas y culturales vecinas reinterpretándolas y refundiéndolas sin perder su identidad propia y sin entrar en contradicción con lo que profesa. Lo que ha ocurrido en la Iglesia Católica incluso aquí en Venezuela.
2. Sincretismo como traducción:
Se trata de una simple traducción de lo que para la religión es propio, en categorías culturales distintas a la suya, pero sin asimilación de lo ajeno.
3. Sincretismo como acomodación:
“Tiene lugar cuando la religión de los dominados se adapta a la religión de los dominadores, ya sea como estrategia de supervivencia o como modo de resistencia.” Así ocurrió con la Santería cubana y con otros sincretismos populares como el culto a María Lionza, el Vudú, la umbanda y el curanderismo esotérico
4. Sincretismo como agregación:
La señora que frecuenta la misa dominical y que, cuando va a salir de la casa consulta, no el pronóstico del tiempo, sino su horóscopo personal. Lleva un amuleto “preparado” debajo del vestido; de cuando en cuando se hace fumar el tabaco; acude a ver a un famoso predicador de "Pare de Sufrir"  y reza el Rosario a María "Rosa Mística"
“Lo que aquí se da es una mera agregación de elementos sin interacción mutua, unidos tan sólo por la experiencia del creyente... En tales casos, como es obvio, el sincretismo muestra su aspecto peyorativo de indefinición de identidad.”
5. Sincretismo como mezcla superficial:
“Es lo que ocurrió, por ejemplo, en el panteón romano, en el que en un mismo templo están mezclados dioses y diosas de Asia, de Egipto, de Siria, de Persia... en definitiva, de todos los pueblos vencidos, junto a los dioses romanos. No se ofrece una sistematización capaz de satisfacer las necesidades religiosas... En este sentido, sincretismo es sinónimo de dilución y confusionismo.”
6. Sincretismo como concordismo:
“Consiste en crear un concordismo de fórmulas, ritos y expresiones en orden a lograr una religión útil para todos... no se desciende a la estructura de la religión, a su experiencia e identidad, sino que se queda en los significantes exteriores... cuyo resultado sería una religión artificial, una especie de “Esperanto religioso”. En este caso, sincretismo equivaldría a yuxtaposición, sin la menor organicidad.”
Entre los sincretismos concordistas se encuentran Rosacruces, Espiritismos, Teosofía, Seicho-no-le, Iglesia Gnóstica, La Gran Fraternidad Universal o Acuarios, Metafísica de Conny Méndez, la Escuela Espiritual de la Energía Universal, Sukyo Mahikari, la Fe Universal Baha’i y la Organización Sri Sathya Sai. El más grande movimiento sincretista es la Nueva Era
Aunque la Nueva Era rechaza el nombre de religión, considerado como sinónimo de restricción moral y espiritual, este bazar de creencias pretende erigirse como una religión universal. La Nueva Era utiliza términos cristianos como “Cristo” no como Mesías sino como "maestro ascendido", “evangelios”, y otros comunes a varias religiones como “ángeles”, pero vaciados de su contenido original y con significados ambiguos y ocultistas.
Las religiones orientales parecen concordar más con la idea de la Nueva Era de fusión de todo, incluyendo Dios, degenerando así en panteísmo (todo es Dios) y egolatría. Según el libro “La conspiración de Acuario”: “Cada alma es nuestro propio Dios. Jamás debes adorar a nadie ni a nada sino a ti mismo. Porque tú eres Dios. Amarse a uno mismo es amar a Dios.”
Entre las doctrinas orientales que adopta se encuentran, del hinduismo: Krishna, el Hata Yoga, la reencarnación, el tantrismo y los chakras. Del budismo: la corriente tibetana, y la meditación Zen. Del taoísmo, la teoría del Ying y el Yang. De religiones y mitos del pasado, las pirámides egipcias, dioses mitológicos de Grecia, Roma y afines como pitonisas y sibilas (adivinas del pasado) minotauros, unicornios y pegasos (caballos alados), mitologías nor-europeas sobre dragones, hadas, duendes y gnomos, etc
la Nueva Era ha optado por todo lo que suena a prohibido en la religión cristiana, considerada retrógrada, dogmática y moralizante, y se ha lanzado a experimentar el gnosticismo, la magia, la astrología, el espiritismo, el contacto con maestros ascendidos invisibles, la adivinación y hasta el satanismo. Prácticas contrarias a nuestra fe católica
La Comunicación con ángeles, es en La Nueva Era una especie de espiritismo en que supuestos ángeles con diversidad de nombres, contactados por recitación de mantras y esencias de mandarinas, comunican nuevas revelaciones a los seres humanos.
Para algunos son extraterrestres, para otros son almas de difuntos ascendidos a planos superiores, para otros, pura energía. Es bastante grande el comercio de ángeles con diversas posturas, razas, tamaños, formas, atributos y poderes, abundan también los libros sobre el tema.
Entre las formas de adivinación o “mancias”, se encuentran, el I Ching: oráculo chino, quiromancia: por las lineas de la mano, hidromancia: a través de agua, lectura de caracoles, la cartomancia: por la posición, el color y los dibujos de las cartas, en especial las del Tarot: cartas de origen egipcio y la radiestesia: adivinación a través de un péndulo.
Hoy, todo se explica por la sabiduría de los atlantes, mañana por la de los extraterrestres;...Alternativamente, toda la historia occidental se explica por la sabiduría de los cátaros o el secreto de los templarios (antiguos grupos ocultistas), por la fraternidad de los rosacruces o de los constructores de las Catedrales. La sabiduría egipcia (¿Cuantos libros se habrán escrito sobre los secretos de la Gran Pirámide?) sería la que habría de explicar toda nuestra ciencia. Pero junto a este libro, otro pregona que los egipcios no son más que herederos de los Atlantes; más allá otro sostiene que el “Triángulo de las Bermudas” es una puerta de entrada para las naves espaciales extraterrestres, sin preocuparse por aquel otro que dice que la tierra es hueca, y el acceso a su interior se hace por los polos. Poco preocupado por la congruencia, el lector adicto devora todo este material.
Las siguientes palabras son del escritor Jesuita Carlos Vallés:
“Los que profesan las distintas religiones
harán bien en respetarse mutuamente,
pero es una ilusión creer que podrían dejar de lado sus divergencias
sin acusarse a sí mismos de traicionar con ello
sus principios fundamentales.
Es una ilusión que demuestra en quienes la defienden,
lo poco convencidos que están de su propia creencia,
a menos que disimuladamente pretendan imponerla
como fondo del soñado sincretismo,
y en este caso su afán de síntesis dejaría de ser sincero. La manera de aprender de otras religiones
no es la de mezclarlas todas, sino, al contrario,
el dejar que cada una sea lo que es,
con toda su originalidad y personalidad.”